Una escuela diferente. GEORGES VAN VREKHEM
El niño tiene en sí un alma que ha alcanzado una cierta fase de crecimiento evolutivo. Esta es la Divinidad y, por tanto, contiene todo conocimiento. "Nada puede enseñarse a la mente que no esté ya guardado como conocimiento potencial en el alma en despliegue de la criatura". Este conocimiento lo proporciona el "Instructor unuversal" para facilitar al ser humano desde dentro, en esta, como en otras encarnaciones, las experiencias necesarias para su crecimiento interior, lo que, en definitva, conducirá a la completa madurez de su alma. En el curso de la aventura de sus encarnaciones, el ser humano es guiado y protegido por su alma a través de todas las experiencias indispensables. (Esto explica que seres tan vulnerables y tan ignorantes como los humanos puedan alcanzar una edad avanzada a pesar de las amenazas premanentes a su vida en el mundo, lo que, sin embargo, también justifica las muertes prematuras).
De aquí pueden extraerse dos conclusiones. Primera: todos los niños tienen la evolución que le es propia, constituyéndose en su personalidad diferente, con su particular ritmo de evolución; significa, pues, que no hay un método educativo único aplicable a la generalidad y que cada niño necesita atención y asistencia individualizadas. La segunda conclusión: el verdadero educador no es un "maestro", en el sentido de una autoridad casi omniscente, que antiguamente, y todavía ahora, la sociedad facultaba para que impusiera su voluntad y su inevitablemente restringido saber mediante la presión e incluso la violencia física. Ha de ser un Maestro en el sentido espiritual de la palabra, para ser capaz de entender la personalidad interior de sus alumnos o estudiantes y asistirlos en sus verdaderas necesidades. Más que una autoridad dominante, ha de ser un compañero comprensivo y paciente, consciente de sus propias posibilidades y limitaciones, el que ayuda al progreso de los muchachos -sus hermanos y hermanas más jóvenes- por el sendero de la vida. "La educación es un ministerio", dijo la Madre. Y Sri Aurobindo escribió: "El Maestro más grande es menos un Profesor que una Presencia".
MAS ALLA DEL HOMBRE. p. 260
Georges Van Vrekhem